El riego es una de las labores imprescindibles para que nuestro ecohuerto sea productivo. Una vez acondicionado el terreno, abonado, y sembradas las plantitas en surcos, se procede al aporte de agua, que dará humedad al sustrato y permitirá que estos primeros plantones encuentren asiento en el terreno.
Existen varios métodos para regar la tierra: por goteo, por aspersión, riego subterráneo… nosotros utilizaremos el método de riego de superficie por gravedad, con el punto de agua que tenemos cerca del huerto, utilizando la manguera u otros utensilios como regaderas o garrafas. Con esto, imitamos los aportes hídricos que se darían de forma natural.
Al encontrarnos en la época otoñal, con regar 1 vez al día en principio debería sobrar, aunque debemos tener en cuenta las necesidades específicas de cada planta. Será preferible hacerlo durante las primeras horas de la mañana, de este modo evitaremos las posibles heladas, que pueden ser devastadoras para nuestro cultivo.
A medida que avance la temporada y vengan los fríos invernales, la frecuencia de riego tiene que ser menor, ya que el agua no se evapora fácilmente debido al frío y podría ocasionar la aparición de plagas, hongos u otras enfermedades que nacen fruto de la humedad, para esto también es útil evitar encharcar el terreno.
En general, simplemente damos un riego de apoyo que combinaremos con las lluvias. Independientemente de la estación, pero sobre todo durante el otoño y el invierno, lo mejor será estar siempre al tanto de las previsiones meteorológicas….es una tontería regar si ya lo van a hacer las nubes por nosotros.
Yolanda Moreno Rama, profesora de Biología y Geología.
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